sábado, 21 de marzo de 2009

Lo mejor es no juzgar...


Hay una historia que cuenta que en una aldea habia un anciano muy pobre,
pero hasta los reyes le envidiaban porque poseia un hermoso caballo blanco.
Los reyes le ofrecieron cantidades fabulosas por el caballo pero el hombre
decia: “para mi el no es un caballo; es una persona. .Y como se puede vender a
una persona, a un amigo?”. Era un hombre pobre, pero nunca vendio a su
caballo. Una manana descubrio que el caballo ya no estaba en el establo. Todo el
pueblo se reunio diciendo: “Viejo tonto. Sabiamos que algun dia te robarian el
caballo. Hubiera sido mejor que lo vendieras. !Que desgracia!”.
“No vayamos tan lejos”, dijo el anciano. “Simplemente digamos que el caballo
no esta en el establo. Este es el hecho. Todo lo demas es vuestro juicio. Si es una
desgracia o una suerte yo no lo se, porque esto es apenas un fragmento. .Quien
sabe lo que va a suceder manana?”.
La gente se rio de el. Siempre habian creido que el anciano estaba un poco
loco. Pero despues de 15 dias, una noche el caballo regreso. No habia sido
robado sino que se habia escapado. Y no solo eso, sino que trajo consigo una
docena de caballos salvajes. De nuevo se reunio la gente diciendo: “Tenias razon,
viejo. No fue una desgracia sino una verdadera suerte”.
“De nuevo estais yendo demasiado lejos”, dijo el anciano. “Decid solo que el
caballo ha vuelto. .Quien sabe si es una suerte o no?. Es solo un fragmento.
Estais leyendo apenas una palabra de una oracion. .Como podeis juzgar el libro
entero?”.
Esta vez la gente no pudo decir nada mas, pero por dentro sabian que el
estaba equivocado. Habian llegado doce caballos hermosos.
El viejo tenia un hijo que comenzo a entrenar a los caballos. Una semana mas
tarde se cayo de un caballo y se rompio las dos piernas. La gente volvio a
reunirse y a juzgar. “De nuevo tuviste razon”, dijeron. Era una desgracia. Tu
unico hijo ha perdido el uso de sus piernas y, a tu edad, el era tu unico sosten.
Ahora estas mas pobre que nunca”.
“Estais obsesionados con juzgar”, dijo el anciano. “No vayais tan lejos. Solo
decid que mi hijo se ha roto las dos piernas. Nadie sabe si es una desgracia o
una fortuna. La vida viene en fragmentos, y nunca se nos da mas que esto”.
Sucedio que, pocas semanas despues, el pais entro en guerra y todos los
jovenes del pueblo fueron llevados al ejercito. Solo se salvo el hijo del anciano
porque estaba lisiado. El pueblo entero lloraba y se quejaba porque era una
guerra perdida de antemano y sabian que la mayoria de los jovenes no volverian.
“Tenias razon viejo. Era una fortuna. Aunque tullido, tu hijo aun esta contigo.
Los nuestros se han ido para siempre”.
“Seguis juzgando”, dijo el viejo. Nadie sabe. Solo decid que vuestros hijos han
sido obligados a unirse al ejercito y que mi hijo no ha sido obligado. Solo Dios
sabe si es una desgracia o una suerte que asi suceda”…

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